Así se explica el fenómeno Guadalajara, la provincia que más trabaja de España | Economía

Así se explica el fenómeno Guadalajara, la provincia que más trabaja de España | Economía

José Miguel Camacho (45 años) observa el ajetreo de primera hora de la mañana desde su bar, en la zona centro de Guadalajara. “Veo a mucha gente subir y bajar con el chaleco amarillo tan típico de la logística. Van a la estación de autobuses o de tren, directos a los polígonos. Algunos entran a desayunar”. Son personas que van camino de las muchísimas plantas logísticas de la provincia, el motor económico de la zona. Funciona a tal rendimiento que Guadalajara es la provincia con mayor proporción de personas mayores de 16 años que trabajan, un 58,6%. Supera a Barcelona y la Comunidad de Madrid, y ampliamente a la media nacional (52%). También es la provincia con más porción de población activa (64,7%) y la tasa de paro está por debajo del promedio (9,3%, frente a la media del país del 11,8%).

Este poderío económico atrae población, tanta como para ser la provincia que más crece desde 2007: ha pasado de 224.076 habitantes entonces a unos 275.000, un 23% más. También es la que más ha aumentado en número de trabajadores, un 20,2%, frente al 3% nacional. “Es un momento de bonanza. Guadalajara es buque insignia del crecimiento económico”, dice José Luis Escudero, delegado provincial de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Estos éxitos también esconden reversos negativos, como la altísima tasa de accidentes de trabajo y el acelerón del precio de los alquileres.

Pero empecemos por lo positivo. “Se nota que hay mucho trabajo. Viene gente de otras provincias, eso antes no pasaba. Una de ellas es mi pareja, que antes era interina en Madrid”, dice Rogelio Barreiro (51 años), mientras pasea a su perra Tita frente al Palacio del Infantado, el principal monumento de la ciudad. Dirige un centro de yoga con cuyos resultados está “contento”. “Creo que tanto empleo se explica por la logística”, añade.

Los datos le dan la razón. El sector del transporte y el almacenamiento concentra el 13,3% del empleo de la provincia, casi el triple de lo que supone en la media nacional (5,3%). “Nos enorgullece mucho crear tanto empleo”, dice Francisco Aranda, presidente de la patronal logística UNO. “Hemos dado el relevo a la industria tradicional española, tras las deslocalizaciones de tantas fábricas a otros países”. Aún quedan industrias en la zona (la manufacturera concentra el 12,7% del empleo, casi dos puntos más que el promedio nacional), pero el protagonismo cambió de sector tras las crisis del ladrillo. “Al principio no fue fácil. Las administraciones no nos veían como generadores de empleo, pero con el despegue del comercio electrónico cambiaron de opinión”.

Por entonces, cuando la actividad empezaba a tomar fuerza en la provincia, David Sabariego (41 años) entró en el sector. “Llevaba diez años trabajando en una tienda y me despidieron. En plena crisis”, lamenta. “Pero volví a conseguir trabajo rápido en lo único que había entonces, en logística. No tenía nada que ver, pero me adapté rápido”, dice este empleado en Azuqueca de Henares. Asegura que muchos de sus compañeros tienen estudios superiores, “pero acaban en logística porque es donde hay más facilidad para entrar”.

Esa es la experiencia de Alejandra Blanco, empleada en Cabanillas: “Yo estudié psicología e integración social, pero no he ejercido nunca. Al terminar de estudiar eché algunos currículums, pero pronto me salió trabajo en una planta logística”. Es una de las más importantes de la provincia, con un comité fuerte y mejores condiciones laborales que las plantas pequeñas. “He ido promocionando y ya llevo 10 años ahí, estoy contenta. De mi grupo de amigas hay varias que trabajan en el sector, incluida una ingeniera que se dedica a la parte tecnológica de la planta”.

¿Por qué en Guadalajara?

La logística es tan potente en Guadalajara por varios motivos. “La ubicación es muy privilegiada, en el corazón de la península. Esto nos ayuda a recibir iniciativa empresarial expulsada de Madrid que no encuentra suelo en el que ubicarse”, indica Escudero. También destaca que la carretera de Barcelona atraviesa la provincia, la buena conexión ferroviaria y con el aeropuerto de Barajas, así como con la A3 (la que se dirige a Valencia) y la A1 (la que va a Euskadi). Javier Morales, secretario general de CC OO en la provincia, también resalta que el suelo sea más barato que en la Comunidad de Madrid. “Eso anima a muchas empresas a elegir esta provincia. Incluso hay dumping entre municipios, que casi están regalando el suelo para atraer inversiones”. A esto se suma el efecto concentración: cuantas más empresas de un tipo hay en un territorio, más probable es que lleguen otras parecidas. Se tiende a la especialización.

Pero no toda la provincia tiene esas fortalezas. Se concentran en la zona alcarreña cercana a Madrid y pegada a la A2, el Corredor del Henares, que acumula la actividad logística. La frontera provincial es un artificio para el sector, ya que en la parte madrileña del Corredor (Coslada, San Fernando de Henares, Torrejón de Ardoz, Alcalá de Henares…) también brotan estas empresas. Cuanto más lejos de Madrid, más difícil es encontrarlas, como reflejan las cifras de población por municipios.

El siguiente mapa muestra qué localidades de Guadalajara han perdido población y cuáles han ganado respecto a 2007, año en que los expertos consultados sitúan el inicio del ascenso logístico. La provincia en general ha sumado un 23% de habitantes, el mayor incremento de España, pero solo han crecido 69 de los 289 municipios. Casi todos son del Corredor del Henares.

“Tenemos al 90% de la población en el 10% del territorio. Una vez pasas Torija estás en la España absolutamente vaciada. Vive del ámbito forestal, de explotaciones agrarias de secano que apenas necesitan trabajadores, de algo de turismo y los servicios públicos de la zona… Las oportunidades de trabajo son muy escasas”, explica el líder de CC OO. La Diputación de Guadalajara destaca los esfuerzos que acomete para fomentar la economía en el resto de la provincia, como el pago de parte de las cuotas de autónomos, ayudas para los pequeños negocios rurales o subvenciones para la construcción de infraestructuras agrarias. “Los recursos generados por la gran actividad económica del Corredor del Henares que llegan a la Diputación son reinvertidos por esta institución en programas de apoyo a los servicios, el empleo, la actividad económica y las infraestructuras del resto de la provincia”, explican fuentes del organismo.

Récord de accidentes laborales

El año pasado sindicatos y patronales firmaron, tras varias jornadas de huelga, el nuevo convenio del sector logístico en la provincia, que establece una tabla salarial que va de 22.865 euros al año a 26.182. Incluso la mejor categoría es peor que la retribución media de la industria manufacturera (unos 28.400 euros en 2022, según el INE), que mandó en el Corredor del Henares hasta principios del siglo XXI, pero sí está en línea con el promedio de la economía (25.500 euros).

“Creo que no tenemos que olvidarnos de los salarios, pero hemos mejorado bastante. Ahora nuestra prioridad debe estar en atajar la siniestralidad: los problemas musculoesqueléticos derivados de la logística son grandísimos. Es una trituradora de carne”, denuncia el líder de UGT en la provincia, Alejandro Coracho. Según las estadísticas del Ministerio de Trabajo, Guadalajara es la provincia con mayor incidencia de accidentes laborales de España, casi el doble que la media. Los movimientos que exigen algunos de los puestos de la logística son muy repetitivos, los que más daño hacen al cuerpo. Es el mismo problema que sufren las camareras de piso.

Según denuncian los sindicatos, este problema se acentúa en las naves más pequeñas (por lo general, las menos automatizadas) y entre los empleados de Empresas de Trabajo Temporal, a quienes se encargan las tareas más penosas. “Los salarios han mejorado mucho en los últimos años, se han equiparado con el resto de sectores”, indica la presidenta de CEOE-CEPYME Guadalajara, María Soledad García, “pero es cierto que la siniestralidad por lesiones musculoesqueléticas está ahí. Por el bien de los trabajadores y las empresas tenemos que hacer esfuerzos para mejorar en este aspecto. A ninguna empresa le interesa que el nivel de accidentes sea alto”. El líder de UNO coincide: “La mejora de la productividad y del absentismo pasa por dedicarle más foco a este aspecto, mejorar en la prevención de riesgos laborales”.

El representante del Gobierno regional comparte la “importancia de este problema” y reivindica las soluciones que están intentando implementar: “Nos hemos dado un acuerdo estratégico de prevención de riesgos hasta 2026, estamos hablando con el Gobierno central para reforzar la Inspección de Trabajo, nos reunimos regularmente con sindicatos y patronales para abordar este problema…”.

Otro de los problemas clave, dicen los representantes de los trabajadores, es que muchas de estas dolencias no son reconocidas como profesionales, lo que puede conducir a “un problema de salud pública”. “Vemos dientes de sierra en la actividad. Es decir, semanas desbordantes y otras en las que baja mucho, debido a las campañas del comercio electrónico. Esto repercute en todos los sectores”, añade García. El representante de UGT también observa riesgos en “poner todos los huevos en la misma cesta”, en referencia al peso de la logística en el empleo. “Si se tuerce, tendremos un problema muy serio”.

Trabajar en Madrid, vivir en Guadalajara

César (31 años) es profesor en Madrid, pero vive en Guadalajara. “La estación de autobuses siempre está llena en las horas punta, no hay aparcamiento de toda la gente que va a Madrid a estudiar o trabajar”, explica. Cree que la logística explica la mayor parte del crecimiento poblacional de la zona, “pero también hay muchas personas en Guadalajara porque la vivienda es más asequible que en Madrid y no se tarda mucho en llegar”. Este proceso tomó velocidad durante la burbuja del ladrillo: de 2000 a 2007 la población creció un 35%, más del triple que la media nacional.

Un trabajador en un fábrica de Azuqueca de Henares (Guadalajara).
Un trabajador en un fábrica de Azuqueca de Henares (Guadalajara).Nacho Izquierdo

Tomando como referencia un salario mínimo (1.134 euros al mes), el alquiler medio de Madrid devora un 61% en un piso de 45 metros, frente al 29% que consume en Guadalajara. Según Idealista, en la provincia el metro cuadrado de alquiler cuesta 8,2 euros, frente a la media nacional de 12,7 y los 17,1 de la Comunidad de Madrid. Pero la evolución inquieta en Guadalajara: en el último año el precio ha crecido un 14,1%, más que el promedio de España (12,6%). “Hay empresas que nos dicen que no encuentran empleados por este problema. Estamos trabajando en el desarrollo de vivienda asequible”, indica el representante del Gobierno regional, un Ejecutivo que de momento no se plantea utilizar los topes al alquiler que contempla la ley de Vivienda.

Hay dos perfiles que viajan en dirección a Madrid todos los días: nacidos en Guadalajara, como César, que aunque trabajen en la capital de España no se mudan por los precios prohibitivos de la vivienda (o porque prefieren la capital castellana, más tranquila y barata en general); y madrileños que se han mudado a zonas residenciales de Guadalajara, pero siguen trabajando en la Comunidad de Madrid. En las estadísticas del INE ambos computan como trabajadores guadalajareños. “El flujo Guadalajara-Madrid es uno de los que más personas mueve entre provincias de España. Se calcula que son unas 30.000 personas diarias. La mano de obra cualificada de Guadalajara viaja a trabajar a las empresas punteras de Madrid y aquí recibimos a la menos cualificada empleada en logística”, indica Morales.

La combinación de oportunidades laborales, vivienda más asequible que en Madrid y la cercanía a la capital convierten a Guadalajara en la cuarta provincia más joven del país (42,3 años de media, frente al promedio de 44,2), solo superada por Almería, Murcia e Islas Baleares. La tasa de natalidad también mejora a la media nacional. Y la caña con tapa en el bar de Camacho cuesta 1,60 euros. “A ver si siguen las cosas bien”, finaliza.

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