Las tensiones por la cuestión migratoria aumentan en la UE. El Parlamento Europeo ha decidido bloquear la negociación de dos reglamentos clave que componen el esperado pacto migratorio hasta que los Veintisiete no avancen en el fleco que queda para cerrar toda la fórmula: el reglamento de gestión de crisis, que trata de regular la respuesta a “situaciones extraordinarias”, incluida cuando un tercer Estado usa a los migrantes como fórmula de desestabilización, según los últimos borradores del documento.
La Eurocámara pone en espera así las conversaciones con el Consejo —los llamados trílogos— para transformar en texto legal los reglamentos de detección e identificación de solicitantes de asilo que ya tienen el visto bueno de los Veintisiete, según han confirmado fuentes comunitarias a EL PAÍS.
El Parlamento Europeo busca así una fórmula de presión para acelerar el reglamento de gestión de crisis, que negocia este semestre la presidencia española del Consejo de la UE con los Estados miembros y que va tan lento que algunos temen que se haya quedado congelado.
La Eurocámara ya acordó su postura sobre ese asunto en abril. La decisión, de la que informarán este miércoles al resto de instituciones comunitarias, coincide con las tensiones por el controvertido pacto de la UE con Túnez, que ofrece asistencia financiera al país a cambio de políticas de gestión de fronteras y que la Comisión quiere usar como modelo para otros países. El pacto con el país magrebí, que ha enfadado a los Estados miembros porque la presidenta de Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, lo firmó sin consultar primero a los Veintisiete como marcan los procedimientos, está a punto de descabalgar en pleno aumento de llegadas de migrantes a Italia.
Las capitales ya alertaron en julio a la Comisión de que para los próximos acuerdos ―Bruselas sondea ya a Egipto― debe respetar las reglas y consultar primero, como adelantó EL PAÍS. Ahora, además, el alto representante para Política Exterior y Defensa, Josep Borrell, se lo ha recordado al comisario de Vecindad, Olivér Várhelyi, en una carta. “Parece que otros memorándums están en preparación con otros vecinos del Mediterráneo, en particular con Egipto. En la práctica, el Consejo es el que debe autorizar el inicio de las negociaciones”, señala el jefe de la diplomacia europea en la misiva de principios de septiembre que ha visto este diario. Mientras el asunto se embrolla, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha pedido a Bruselas que acelere el primer pago a Túnez.
El tiempo pasa y los Veintisiete no parecen tener prisa para cerrar el último punto del pacto migratorio, que llevaba años encallado hasta que el pasado junio los Estados miembros acordaron cerrar dos de los tres puntos que quedaban, que establecen el concepto de “solidaridad obligatoria” para acoger a los solicitantes de asilo y marcan una cuota obligatoria de acogida o un pago de 20.000 euros por cada migrante rechazado.
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