España ha aceptado suministrar misiles Patriot a Ucrania ante la presión de la OTAN y la UE para que los países europeos que disponen de este sistema de fabricación estadounidense lo entreguen a Kiev con la finalidad de reforzar su defensa antiaérea ante los ataques rusos, según admiten fuentes gubernamentales. La cesión de un número reducido de misiles ―cada unidad cuesta más de un millón de euros y tiene un techo de 24 kilómetros y un alcance de 150— se ha abierto paso tras la negativa del Ministerio de Defensa a traspasar a Ucrania la batería que tiene desplegada desde 2013 en la frontera entre Turquía y Siria.
El Ejército de Tierra español dispone de tres baterías ―cada una de ellas con sus correspondientes lanzadores de misiles, radar y estación de control— adquiridas de segunda mano a Alemania en 2004 y 2014. Una de esas baterías se encuentra en la ciudad de Adana (Turquía), mientras que las otras dos están en la base de Marines (Valencia) y una de ellas se emplea para la instrucción de los militares ucranios y españoles en el manejo de este sistema.
El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ha reclamado la entrega de seis baterías para la defensa de centros neurálgicos del país ante la ofensiva rusa que se espera en los próximos meses y ha puesto sus ojos en el sistema desplegado por el ejército español en Turquía, con un destacamento de 150 militares. Sin embargo, el Ministerio de Defensa se ha negado en redondo, alegando que estos sistemas son los únicos eficaces ante un ataque con misiles ―como se ha demostrado en las guerras de Ucrania y Oriente Próximo― y que la dotación de las Fuerzas Armadas españolas está bajo mínimos. No obstante, como compensación, el Gobierno ha aceptado la entrega de una partida de misiles Patriot, según las fuentes consultadas. Será, en todo caso, un número muy limitado, pues la reserva de guerra española ronda el medio centenar de unidades y los interceptores son muy caros.
El Ministerio de Defensa tiene un programa para adquirir un grupo completo de Patriot con cuatro baterías de la configuración 3+, mucho más avanzadas que las que tiene ahora, lo que le brindará una auténtica capacidad de defensa antimisil. El Pentágono dio luz verde en octubre pasado a la operación, valorada en unos 2.600 millones de euros, pero el Consejo de Ministros aún no ha aprobado el techo de gasto del programa ni la firma del contrato. Aunque se agilicen los trámites, la previsión es que las nuevas baterías no lleguen antes de 2028 o 2029. Mientras tanto, las Fuerzas Armadas deberán asegurar la defensa aérea de España con sus limitados medios actuales.
Los demás países con misiles Patriot también están bajo presión para que los suministren a Kiev: Alemania ha anunciado la entrega de otra batería ―la tercera desde que se inició la invasión rusa―, mientras que Grecia podría dar el paso en breve. Holanda se ha declarado dispuesta a financiar la compra de misiles a terceros países para entregarlos a Ucrania, mientras que Francia podría suministrar el sistema MAMBA, que tiene en Rumania. Los ministros de Defensa del denominado Grupo de Contacto sobre Ucrania o Grupo de Rammstein, que reúne a más de medio centenar de países (incluidos los 32 miembros de la OTAN), bajo el liderazgo de Estados Unidos, celebran este viernes una reunión por videoconferencia en la que participará la ministra española de Defensa, Margarita Robles. En la reunión se repasarán las aportaciones de los distintos países ante las demandas de Kiev, aunque la presión se ha relajado después de que el Congreso estadounidense aprobase finalmente la entrega de ayuda militar a Ucrania por 61.000 millones de dólares.
El Gobierno español, que ha reiterado su compromiso de apoyo a Kiev, prepara un nuevo paquete de armamento para antes del 30 de junio, que incluye 10 de los 19 carros de combate Leopard 2 A4 que se están rehabilitando y se sumarán a los 10 entregados el año pasado. Más allá de los misiles Patriot, la cesión de otros sistemas antiaéreos resulta problemática: el ejército solo tiene cuatro baterías Nasams, y una de ellas está desplegada de manera permanente en Letonia y otra por periodos de varios meses en Estonia. Aunque España ha entregado 12 lanzadores de misiles antiaéreos Hawk a Kiev, suministrar más misiles de este tipo no es fácil, ya que han dejado de fabricarse y no se pueden reponer las existencias, según fuentes militares. En esas condiciones, el Gobierno apuesta por que sean las propias empresas fabricantes de munición, como los proyectiles de calibre 155, las que provean a Kiev, aunque eso suponga posponer la reposición de los casi vacíos arsenales del ejército español.
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