Simone Biles no tiene rival: un nuevo elemento en suelo la hace única | Deportes

Simone Biles no tiene rival: un nuevo elemento en suelo la hace única | Deportes

Tan solo seis segundos. Empieza a correr, pirueta de espaldas al potro y a girar. Dos volteretas mientras agarra sus piernas completamente en horizontal. Y cae. Y Simone Biles logra ser la primera mujer en ejecutar un Yurchenko Double Pike en una competición internacional. Lo probó en 2021, y ensayó para los Juegos de Tokio, esos de los que se retiró aludiendo un problema de salud mental. El elemento, inusual incluso entre los hombres, llevará ahora su nombre: Biles II. Hace diez años de aquella joven de 16 años con brackets que ganó su primer mundial. Ahora, Biles es un portento físico, una gimnasta talentosa. Nada puede pararla, y nadie puede hacerle sombra. Y se ha colocado primera provisionalmente en la jornada clasificatoria del Mundial de Amberes de gimnasia artística con 58,865 puntos. Con el turquesa en su atuendo, EE UU buscaba el equilibrio. Salía con ambición, y lo lograba al terminar líder con 171,395 puntos, con Gran Bretaña (166,130) e Italia (162,230) detrás.

La multitud se agolpaba para ver la primera parte de la clasificación femenina en el Antwerp Sportpaleis. Italia se estrenaba con relajada autoridad en salto con dos Yurkenchos de doble giro de Alice D’Amato y Arianna Belardelli, mientras Países Bajos se hacía con las barras asimétricas con una rutina variada de Naomi Visser, que marcaba un preciado 14,166. La espera se hacía larga para la kazaka Darya Yassinskaya: su música no estaba lista para su rutina de suelo y daba vueltas por la colchoneta. El público, empático, la vitoreaba. Simultáneamente, sobre las pistas, la italiana Manila Esposito y Visser se disputaban el liderato de un ajustado all around, y la panameña Helon Hillary deleitaba en salto y suelo al ser la primera gimnasta, además de Biles, en ejecutar un elemento con el nombre de la estadounidense: Biles I.

Pero el estruendo llegaba con la segunda subdivisión: Estados Unidos y Simone Biles aparecían triunfalmente. El estadio rugía, incluso cuando Biles tan solo calentaba. Las barras asimétricas daban la bienvenida a la estadounidense. Sin errores, demostraba precisión en su aparato menos fuerte con un 14,4. Pero su compañera Shilese Jones no perdonaba y le arrebataba el primer puesto con un 14,833. En las barras de equilibrio Biles no tuvo rival, y ejecutaba elegantemente y con aplomo pasmoso entre aplausos espontáneos del público. Su 14,566 la colocaba cómodamente primera, mientras Skye Blakely se caía del aparato en una acrobacia y al salir de la barra. Estados Unidos había saltado ambicioso a la arena, que compartía con las gimnastas de China Taipéi.

Y en suelo Biles chocaba la mano a Jones antes de su rutina. La suerte no le hacía falta en una de sus pruebas estrella: flotaba entre acrobacias, alcanzaba una gran altura en su primera diagonal y hacía que pareciera sencillo llevarse el primer puesto con 14,633 puntos. Pero aún faltaba la guinda del pastel. El momento más esperado. Biles ensayaba el Yurchenko Double Pike, y el público enloquecía. Lo lograba, y hacía historia. Por la fuerza del salto salía levemente impulsada hacia atrás. Pero a nadie le importaba, y anotaba un escandaloso 15,266.

El día terminaba con Gran Bretaña, República de Corea y Sudáfrica. Tan solo el primero se acercaba a las estadounidenses, pero Simone Biles seguía líder en tres de los cuatro aparatos y el all around. Biles Ha vuelto. Y no solo para competir. O ganar. También para impresionar.

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