La exabadesa de la comunidad de clarisas de los monasterios de Belorado (Burgos) y Orduña (Bizkaia) —que el pasado 13 de mayo anunciaron su salida de la Iglesia católica— ha denunciado al arzobispo de Burgos, Mario Iceta, por abuso de poder, usurpación de la representación legal y vulneración del derecho de asociación. Por su parte, el Arzobispado de Burgos ha lamentado este jueves que las religiosas hayan “cerrado la puerta al diálogo” con la denuncia, que están a la espera de recibir.
La denuncia fue interpuesta este miércoles en la comisaría de la Policía Nacional de Logroño, según ha informado José Ceacero, portavoz de las monjas clarisas y miembro de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, bajo cuya tutela se han puesto las religiosas, en una comparecencia pública a las puertas del monasterio de Belorado.
La Jefatura Superior de Policía de La Rioja ya ha remitido la denuncia y la documentación presentada a la Comisaría Provincial de Burgos, han informado fuentes policiales. Ceacero ha indicado a los medios de comunicación que, con el nombramiento de Iceta como “comisario pontificio” por parte de la Santa Sede, el arzobispo de Burgos ha cometido un abuso de poder y una usurpación de la representación legal que, ha insistido, le corresponde a la madre abadesa, sor Isabel, que es quien ha interpuesto la denuncia en Logroño.
También ha asegurado que se ha cometido una violación del derecho fundamental de asociación y del principio de libre separación voluntaria, pues las religiosas “se separaron voluntariamente de una federación llamada Confesión Católicos” con el documento firmado por su representante legar, sor Isabel, el 13 de mayo.
Dicha separación se notificó vía burofax a Mario Iceta un día más tarde, por lo que, una vez ha habido una separación voluntaria, las hermanas ”quedan fuera de su jurisdicción“ y “ni Iceta, ni Roma ni nadie puede imponer el derecho canónico porque, en España, no puede estar por encima del derecho civil”, ha insistido Ceacero.
El portavoz de las religiosas, a las que atiende como guía espiritual y que se encuentra en el monasterio de Belorado junto con Pablo de Rojas, fundador de la Pía Unión, excomulgado en 2019, ha insistido en que a las monjas las asiste la Constitución, porque “ninguna confesión ni religión está por encima de la ley civil”, y el derecho a la libre asociación.
Ha apuntado que el monasterio de Belorado y el de Derio son dos entidades jurídicas con personalidad jurídica propia y con un representante legal, que es la abadesa, que para el Arzobispado de Burgos ha dejado de tener esa representación, pues su mandato expiró este 29 de mayo y, ahora, le corresponde a Iceta por mandato papal.
“Lo que ha hecho el señor Iceta ha sido una usurpación auspiciada desde Roma, una usurpación de la representación legal de las entidades jurídicas monasterio de Santa Clara de Belorado y monasterio de Santa Clara de Derio”, de ahí que Ceacero haya afirmado que todo lo anunciado este miércoles no tenga ningún valor.
Tras la rueda de prensa de Mario Iceta, la madre abadesa acompañada por dos religiosas y el propio Ceacero presentó la denuncia, que según ha explicado este último se realizó en la comisaría de la Policía Nacional de Logroño porque estuvieron buscando un cuartel de la Guardia Civil y no encontraron a ninguno que les atendiera.
La propiedad, de las monjas
A preguntas de los periodistas, José Ceacero ha asegurado que el monasterio de Belorado, lo mismo que el de Derio, son cien por cien propiedad de la comunidad religiosa, que sigue existiendo aunque fuera de la Iglesia y que ahora ya no está bajo a jurisdicción del arzobispo de Burgos, por lo que “no tiene nada que decir, ni opinar ni pedir” sobre las propiedades. “Las religiosas tienen los títulos de propiedad sobre el monasterio cien por cien”, ha insistido, en contra de las explicaciones dadas este miércoles por Iceta, que aseguraba que una vez fuera de la Iglesia esos bienes, que son católicos, pasan a la federación de Hermanas Clarisas a las que, hasta ahora, han pertenecido las religiosas.
Ceacero, quien ha asegurado que se van a quedar en el monasterio”mientras la madre abadesa requiera de sus servicios”, pese a la ordenada por el arzobispo de que abandonen el edificio, ha afirmado que Iceta está “confundiendo” a la gente al intentar aplicar el derecho canónico en un caso civil, pues ahora la comunidad ya no está bajo su jurisdicción.
De este modo, las religiosas podrían disponer de sus bienes y, en el caso de los monasterios, seguir adelante con la venta de Derio, para la que tienen un benefactor, pero del que Ceacero no ha querido aportar más datos.
Sobre la posibilidad de que las religiosas reciban al arzobispo, o a algún intermediario, como es intención de Mario Iceta, para que expongan personalmente su voluntad, Ceacero ha aseverado que no están obligadas, aunque “por deferencia” podrían querer hablar con él, pero por lo que le han comentado “no piensan recibir ni a Iceta ni a ningún enviado”. Normalidad y contentas.
Ambiente de normalidad
El portavoz ha asegurado que, pese a las declaraciones de Iceta y la denuncia, las monjas están contentas y que el ambiente que se vive en el monasterio es de “total normalidad”, pues este mismo jueves se han celebrado los oficios del Corpus Christi, con misa solemne cantada y procesión con el Santísimo Sacramento por el claustro. Así lo ha mostrado también la Pía Unión en sus redes sociales, donde recogen un vídeo del momento de celebración religiosa, oficiada por Pablo de Rojas.
Por su parte, el Arzobispado de Burgos ha enviado un comunicado a los medios en el que anuncia que cuando se reciba la denuncia, los servicios jurídicos de la institución religiosa la estudiarán y tomarán las decisiones que se consideren oportunas, pues el Arzobispado ha decidido dejar en manos de sus abogados el conflicto.
“De ser así, con este gesto contundente, entendemos que las monjas cierran la puerta a cualquier diálogo, derivando todo al ámbito de la justicia”, ha indicado el Arzobispado, que lamenta esta posición de la comunidad religiosa. Y ha advertido de que la institución católica no podrá si no “actuar en consecuencia”, es decir, recurrir a los tribunales. En cualquier caso, fuentes del Arzobispado de Burgos han explicado que Mario Iceta mantiene la mano tendida a las clarisas para que reconsideren su posición y den marcha atrás en su decisión de abandonar la Iglesia católica.